No se trata de un país, como el resto de las entradas de este blog, pero Kotor reúne méritos suficientes como para justificar una entrada específica y singular. Es una pequeña y bellísima ciudad de Montenegro que se encuentra al lado de un extenso y profundo golfo del mar Adriático. Es uno de los puntos turísticos más conocidos de ese país por ser un lugar privilegiado entre las montañas y el mar.
Visité esta ciudad durante el viaje que realicé en abril de 2010 a Croacia porque se encuentra a pocos kilómetros de Dubrovnik. El viaje completo lo relato en la entrada de MONTENEGRO.
La visita a esta ciudad me impactó en primer lugar por encontrarse tras la maravillosa Bahía de Kotor-Risan, de aguas azules y tranquilas (fotografía de presentación) en donde descansan dos pequeñas islas (la de San Jorge y la de Nuestra Sra. del Peñasco). Este conjunto geográfico de gran riqueza artística y arqueológica, fue reconocido como Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad en 1979.
En segundo lugar, cuando llegas a esta pequeña ciudad, te asombra sus magníficas murallas y el imponente monte de San Juan a cuyos pies descansa.
Atravesando la Puerta Principal (de 1555) de las murallas, se accede al centro de la ciudad medieval y a su plaza más emblemática, de la que surgen estrechas callejuelas que desembocan en otras tantas plazas, más pequeñas pero muy pintorescas y tranquilas.
Los monumentos más significativos y que merece la pena visitar del centro histórico son:
-Palacio del príncipe, del siglo XVI de estilos diferentes (renacentista y barroco).
-Torre del Reloj, levantada en 1602 sobre los restos de la torre de los tormentos que, lamentablemente, dejó un penoso recuerdo: la “columna de la vergüenza”, donde se castigaba publicamente para que el pueblo tomara buena nota de lo que no debía hacer.
La torre del reloj es una especie de monumento a los terremotos, pues se encuentra inclinada a consecuencia de los muchos movimientos telúricos de la zona y, particularmente, del que sufrieron en 1879, tras el que hubo que acometer importantes obras en los cimientos del edificio para que no se derrumbara.
-Palacio de la familia Pima, con una espectacular balconada sobre la placita de la Harina. Es del siglo XVII.
-la Catedral de San Trifón, del siglo XII, es la construcción más relevante de la arquitectura religiosa de toda la zona, con un interior austero pero con obras de gran valor, a destacar el palio de plata con relieves dorados trabajados por los orfebres de Kotor en el siglo XV.
-el aljibe Karampana, del siglo XVII que embellece una pequeña plazoleta, muy tranquila y bordeada de antiguos caserones de piedra.
Y muchas, muchas Iglesias como la de San Lucas, pequeña y sencilla construcción que se remonta al siglo XII; la de Santa María…. Son monumentos austeros que te sorprenden en cada rincón, tras dar la vuelta a cualquier esquina. Y, sobre el monte y presidiendo la ciudad, el templo de Nuestra Señora de la Salud.
En fin, una bonita ciudad, repleta de historia, de monumentos y de belleza natural, que bien merece una visita tranquila y reposada para pasear por sus empedradas calles y donde descansar unos dias sin prisas para disfrutar.
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