DINAMARCA
Primer viaje
Fue en en agosto de 2008 con la visita a la capital como puerto de regreso a casa al finalizar el crucero que hicimos por el mar Báltico con el Grand Voyager.
Atracamos en el puerto con una lluvia intensa y un aire tal que no nos servían los paraguas. Caminando para salir a buscar taxi, nos calamos hasta los huesos. Menos mal que a los pocos minutos encontramos un bus turístico y nos subimos a él sin pensar más (costaba 18 euros por persona y podías subir y bajar cuando y donde quisieras hasta regresar al puerto).
El bus estaba en las últimas, parecía tercermundista en lugar lo propio de estar en uno de los países más ricos de Europa, pero los auriculares funcionaban y pudimos escuchar alguna que otra información interesante.
La primera parada fue en la famosa Sirenita. Muy linda. Solitaria, mirando al mar, sencilla y bella esa figura tan conocida ….pero había tanta gente admirándola y haciéndose fotos que apenas pude yo sacar un par de ellas de recuerdo del lugar.
Rápidamente volvimos al bus porque seguía lloviendo copiosamente. Pasamos por el famoso muelle donde hay montones de cafés al aire libre y barcas atracadas. Un lugar precioso para pasear (si se pudiera). Como arreciaba la lluvia seguimos en el bus hasta llegar a la plaza del Ayuntamiento donde necesariamente hay que bajar y coger otro autobús.
Paró un poquito la lluvia y pudimos bajar a ver el ayuntamiento que está al lado del famoso parque Tívoli, del que sobresalen por el cielo como volando columpios con gente pasándoselo pipa a pesar del mal día de lluvia.
Paseamos un rato por una calle peatonal y compramos algunos souvenirs. Regresamos pronto al bus porque el tiempo se nos echaba encima y éste era nuestro día de regreso a Barcelona.
Ya en el bus otra vez arreció la lluvia y dentro de él todavía nos mojamos porque había agujeros (¡!) en la lona del techo. Para colmo se averió y tuvimos que bajarnos y choparnos mientras nos pasábamos al otro bus turistico. Llovía tanto que no veíamos nada a través de los cristales. Una pena porque eso es lo poco que he visto de Copenhague. Parece una muy bonita ciudad. Tengo que volver.
Segundo viaje
Fue en agosto de 2010. Esta vez como punto de partida del crucero de Pullmantur por el mar Báltico. El lugar de embarque era COPENHAGUE y, como llegamos tarde, fuimos directos del aeropuerto al barco, con lo que no nos dió tiempo de hacer ninguna excursión y simplemente pasamos con una rápida panorámica por algunos puntos de la ciudad. Está visto que a Copenhague habrá que ir de otra forma y no por un crucero si queremos pasear por sus calles.
De lo poco que ví de esta ciudad, lo que más recuerdo y con lo que la asocio, aparte de con la lluvia intensa, es con la bella sirenita, una escultura sobria y sencilla pero de fuerte expresividad.
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