domingo, 1 de enero de 2012

ALEMANIA-Crucero por el Rhin. Segundo viaje


ALEMANIA

Segundo viaje

Fue en otoño de 1998. El motivo: visitar a una amiga que se encontraba estudiando en Kaiserslautern con una beca Erasmus. El viaje fue en coche, sin problemas y por unas excelentes y señalizadas carreteras.

1.- KAISERSLAUTERN, verde ciudad universitaria

Situada en el Suroeste de Alemania, en la región de Renania Palatinado, esta pequeña ciudad disfruta de una reputada tradición universitaria de carreras tecnológicas.

La ciudad universitaria era moderna, funcional, con edificios de colores de pocas plantas, emergentes entre árboles de diferentes colores dentro de la amplia gama de verdes y ocres. Una preciosidad digna de ser plasmada en un cuadro.

En estos pisos vivían estudiantes de muchas nacionalidades y todo resultaba muy alegre. Llamaban a esta zona llena de vida estudiantil Legoland. Nunca supe si era el nombre general, por el que los que la habitaban la conocían o si era un nombre oficial. Da igual, porque realmente representaba el nombre muy bien el lugar. Parecía que estabas sumergida en un parque de Lego.

Muy cerca de allí, dentro de la ciudad, o mejor, por todas partes, te veías rodeada de verdes y frondosos parques que en realidad eran bosques. Recuerdo uno por el que nos adentramos y tal era la frondosidad que no podías ver la luz del poco sol que brillaba ese día. Si me quedaba rezagada en cualquier rincón podía imaginar, sin problema alguno, que estaba en el lugar más aislado del planeta. Sólo rodeada de verde vida y silencio.

Además de sus bosques y de su famoso jardín botánico, la ciudad cuenta con muchas calles peatonales, muy agradables para pasear o sentarse en alguna terraza a tomar una buena cerveza.

Actualizándome en internet, me entero de que esta zona cuenta con importantes bases militares americanas (toda una pena) y que es famoso el jardín japonés (dentro del jardin botánico), por ser uno de los más grandes de Europa.

Otra curiosidad es que la ciudad fue cuna del emperador conocido como Barbarroja.

Pero ya no es posible visitar sus castillos porque fueron arrasados durante las sucesivas guerras que esta región padeció. Es una lástima porque, si estamos hablando del Barbarroja que inspiró los famosos y tenebrosos cuentos, sería una atracción turística la misteriosa puerta que no debían abrir sus desgraciadas esposas.

Lo que si es una verdadera atracción y emblema de la ciudad, es su equipo de fútbol. Pero como ni a mí ni a nadie del grupo nos interesaba nada este deporte, no nos tomamos la molestia de visitar lugares que tuvieran relación con el tema.

2.- Crucero por el RHIN

La imagen romántica de un crucero por este gran río, se vio confirmada por la niebla que todo lo envolvía y que te sumergía en un mundo irreal hacia parajes desconocidos. La única pena es que se trata de una travesía corta, de unas pocas horas, en un barco sin restos de romanticismo y con una parada corta en deterrminadas ciudades, con el tiempo justo para dar una media vuelta y volver al barco de nuevo.

Pero valía la pena porque las ciudades donde parábamos eran muy bonitas, con las típicas casitas alemanas llenas de flores en sus balcones. Es el caso de las ciudades de Bacharac, St. Goar y Oberwesel.

Además de estas visitas cortas, merecía la pena recrearse en el paisaje que bordea el río: espesos bosques, laderas con diferentes tonos de verde y montes salpicados de pequeños pueblos, con su típica iglesia puntiaguda y coronados, en muchas ocasiones, de restos de antiguos castillos.

Es muy famosa la escultura de Loreley, sobre un montículo desde el que observa el valle y el río.

La niebla había ido levantando y pudimos disfrutar al final de este recorrido impregnado de bellos colores y paisajes.

Este itinerario se puede hacer desde muchos puntos de Alemania por allá por donde transcurra este gran río. Tengo entendido que todos los tramos son bellos. A mí, desde luego, el que hicimos no me decepcionó y recomiendo que lo haga cualquier viajero que visite la zona. El billete es barato y hay muchos barcos que hacen el recorrido, por lo que no hay ningun problema en conseguir hacer este viaje del que no se arrepentirán.

3.- HEIDELBERG, la ciudad del castillo y el puente.

Ciudad importante situada al suroeste y que posee la Universidad más antigua de Alemania.

Hay que destacar su famoso castillo, que es el más importante de Alemania según dicen algunas guías turísticas.

Hay una típica postal de esta ciudad, la encuentras en todos los quioscos y es la que presentan siempre los reclamos turísticos: una vista aérea del río, con su puente, y una verde colina coronada por su famoso gran castillo. Rodeando todo: bosques y más bosques.

Es una bonita ciudad, lástima que el recuerdo más fuerte que de ella conservo es el de la lluvia, incesante y muy fuerte, que nos caló hasta los huesos y que apenas nos permitió visitar nada.

4.- TREVERIS (en alemán Trier) y la Porta Nigra.

Ciudad situada en el Suroeste de Alemania, cerca de la frontera y a orillas del río Mosela. Es considerada la ciudad más antigua de Alemania y declarada toda ella Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

La ciudad donde nació Carlos Marx es pequeña y de una gran belleza. La plaza del ayuntamiento es muy agradable y está llena de puestecitos, dando paso a otra plaza que alberga la catedral, pieza arquitectónica que recuerdo original y de una gran dignidad.

Pero lo que es verdaderamente hermoso y no tiene parangón es una puerta romana magnífica, perfectamente conservada y con un color gris ennegrecido por el tiempo que me imagino será la causa de ese nombre misterioso (puerta negra). Sólo por recrearse observando esta puerta, que recuerda a un circo romano en pequeño, merece la pena visitar esta ciudad.

Después de la visita, pudimos pasear por los numerosos parques y espacios verdes que salpican la ciudad y que parece ser la norma general en todos los pueblos y ciudades alemanas.

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