sábado, 21 de abril de 2012

ESTONIA



        ESTONIA


Primer viaje

            El primer viaje a este país se limitaba a visitar su capital, Tallin, porque figuraba en el itinerario del crucero por el mar Báltico que hicimos en agosto de 2008, con Ibero Cruceros, en el Grand Voyager.
            TALLIN
            Nunca hubiera imaginado que esta ciudad pudiera gustarme tanto. Sólo tuvimos tiempo de visitar el centro, al que llegamos tras un corto paseo desde el muelle y nos encontramos con su puerta y murallas perfectamente conservadas.
            ¡Pero que ciudad más bonita! Te traslada a la Edad Media por lo perfectamente conservadas que están sus calles, plazas y casas.
            Es un paseo imborrable, bellísimo. No sabes donde acudir para hacer fotos porque todos los rincones son bellos y con detalles decorativos.
            La plaza del Ayuntamiento, con la Farmacia más antigua de Europa, el edificio del Ayuntamiento, todo es bonito ¡y eso que llovía a cántaros y nos mojamos como sopas! A pesar de lo calados que estábamos, íbamos impresionados por tanta belleza. Aún así, encontramos la famosa tienda de los conocidos chocolates Kalev y compramos un montón de cajas para nosotros y para hacer regalos.
            Tras subir una pequeña cuesta empedrada, nos encontramos con otra preciosidad: la Iglesia ortodoxa, de líneas sencillas dentro del estilo de iglesias rusas y cuyas cúpulas sobresalen entre los edificios formando un cuadro exótico y original.
            Desde un mirador observamos la ciudad y el puerto, en donde hay atracados numerosos barcos que realizan cruceros. Se ve que es una ciudad que se ha puesto de moda para el turismo y, después de verla, lo comprendo.
 Enseguida bajamos para regresar al barco y, desde cubierta, observamos la ciudad con sus torres de aguja, conos de color rojo y murallas, que forman un paisaje de cuento de hadas.
                                                  
 Segundo viaje

Visitamos nuevamente Tallin por ser escala en el crucero que hacemos con Pullmantur en agosto de 2010. Bajamos del barco y hacemos de guías de una pareja sevillana, visitando el centro antiguo de la ciudad, entrando como en el anterior viaje, por la puerta de sus famosas murallas. Hoy llueve, igual que la primera vez y hacemos el mismo recorrido.  Sigue pareciéndome una ciudad preciosa.

Desde un alto podemos divisar los tejados de la ciudad y la vista es fantástica con sus torres de aguja y el rojo de sus tejados recortando el azul del cielo. Muy bonito.
Regresamos al barco paseando porque ha dejado de llover y desde cubierta, otra vez nos despedimos de Tallin admirando su emocionante belleza  sin igual.

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